El equipo de Literaguru ha preparado para usted la narración más breve del famoso cuento de Chéjov "La Orden". Este breve trabajo plantea los temas más importantes que son relevantes en todo momento.
Volver a contar (144 palabras): en la víspera de la noche, el maestro Pustyakov se dirigió al teniente con una extraña solicitud: necesitaba pedirle prestada la Orden de Stanislav. Con modestia y esfuerzo le pidió una recompensa para complacer al comerciante y sus encantadoras hijas, a quienes iba a visitar. El teniente juró, pero dio la orden.
Al llegar a la hora señalada, el héroe descubrió que todavía llegaba tarde: todos se sentaron a la mesa. Él también se apresuró a tomar asiento, pero luego descubrió que su colega también estaba allí y lo miraba con una mirada extraña. Pustyakov estaba asustado por las preguntas incómodas y el hecho de que su fraude sería revelado. No comió un solo plato, ya que tenía miedo de mostrarle a su colega su recompensa. Teniendo hambre, soportó todo y se sentó, considerando que la noche no había tenido éxito, hasta que notó el mismo orden en el cofre de su conocido, pero un grado más alto. Luego, ambos invitados se animaron y comenzaron a discutir juguetonamente sus premios.
Ahora Pustyakov solo lamentaba no haber solicitado una recompensa más significativa.
Revisión (134 palabras): Mi opinión sobre la historia es positiva, porque en ella vi una condena de ambición y vanidad. Estos son vicios importantes que persiguen a muchas personas. El autor los ridiculizó con razón, considerando tales pecados por debajo de la dignidad humana.
Me gustó especialmente la forma en que describe el cambio en el estado del héroe. Al principio le daba vergüenza pedirle al teniente la orden, entendió que esto no era bueno. Luego se sintió avergonzado ante la presencia de un colega, temeroso de la publicidad. Pero cuando se dio cuenta de que no estaba solo engañando por ganar respeto, sus remordimientos de conciencia se debilitaron y dieron paso a la complacencia de una decisión exitosa. Realmente sintió que estaba mejor cuando una orden brilló en su pecho. El autor desacreditó esta ilusión con un apellido parlante: Pustyakov.
Por lo tanto, recomendaría este trabajo a todos aquellos que deseen evitar tales errores y se esfuercen por ganar una autoestima normal, que no necesita ser estimulada por objetos extraños.